



El verdadero secreto para un matrimonio exitoso no es “aguantar todo”.




Un matrimonio consiste en ser libre junto a la persona que amas, pero no significa que no tengas compromisos, igualdad o responsabilidades.
Seguramente has escuchado frases como “Las parejas de antes aguantaban más” o “antes del feminismo las mujeres respetaban a sus esposos”. Lo peor de todo es que no solo son frases que dicen los abuelitos, si no también personas jóvenes.
En la época de nuestros abuelos se consideraba aceptable aguantar todo tipo de cosas en una relación, incluso si significaba ser infeliz. Estos sacrificios eran dignos de aplaudir, pues el divorcio significaba un fracaso en la vida de las personas.
Si bien el matrimonio se supone que es una asociación que busca el bienestar de ambas partes, hubo un tiempo en el que se pensó que era un desafío de ver quien aguantaba mas. Aunque el premio era solo la falsa imagen de una pareja perfecta que busca la aceptación social.








Sin embargo, muchos confunden el concepto de “aguantar” las adversidades con tolerar cuestiones que no son tolerables. Tales como Infidelidades, abusos, manipulación y faltas de respeto, cosas que nunca debes aceptar bajo ninguna circunstancia.
Este tipo de acciones merman la autoestima de los involucrados y dejan la dignidad por los suelos. En los último años, los divorcios y separaciones han aumentado, pues cada vez son menos las personas que buscan aguantar maltratos por más de 50 años.
La creencia errónea de que aguantar todo en un matrimonio sigue vigente en la mente de muchos, quizás por esa distorsión cognitiva de que “el amor duele o todo lo puede”.
Sin embargo, el amor no es así, ni aguantar todo es el secreto de un matrimonio duradero, al menos no de uno saludable, en donde haya respeto, amar no represente un sufrimiento y seamos felices.
Sin embargo, ¿cuál es el secreto para tener un matrimonio duradero?
Aunque parezca difícil de entender, un aspecto crucial para mantener una relación sana, es la libertad. Se trata de buscar una autonomía pero respetando siempre a tu pareja.
1-. Independencia y autorrealización.
Para poder conseguir la libertad, es necesario construir una relación gratificante con uno mismo, cultivando el autoestima.
La autora Tara Parker-Pope nos recuerda que el “matrimonio debe ser su relación principal, no la única”. Y, por supuesto, la más importante de todas es la que tenemos con nuestra persona.“No importa cuán cerca estés de tu pareja, sigues siendo un individuo con tus propias necesidades. El respeto mutuo por la independencia del otro y el tiempo a solas fortalecerá su relación”.
2-. Igualdad, reciprocidad y responsabilidad.
Ser libres no solo significa independencia, si no también igualdad en la relación. Según un estudio en el American Journal of Sociology, hay menos probabilidades de divorcio en parejas con relaciones igualitarias que en aquellas en las que, por ejemplo, uno trae el alimento y el otro lo prepara.
¿Cómo se logra la paridad? Con la voluntad de tratarse con igualdad en todos los sentidos. Desde el financiero, hasta el profesional. Ambos deben tener voz para que haya libertad en la pareja y ser recíprocos. Es decir, si uno puede salir con sus amigos, el otro también.








El doctor Jeremy Sherman lo expone así: “Con la libertad viene la responsabilidad, no solo la responsabilidad de usar bien tu libertad, sino también la responsabilidad de otorgar a los demás la misma libertad”.
“No siempre fue así. En las sociedades tradicionales, el marido era el amo; la esposa era la sirvienta. Lo más probable es que no vivas en una sociedad así. Si desea la libertad de seguir sus preferencias, también debe dársela a su pareja”, concluye.
3-. No tener miedo de ser quien eres.
La libertad también implica no tener miedo a ser como somos o expresar lo que sentimos o pensamos con honestidad y transparencia. Es más, la comunicación saludable es vital para una relación duradera. En especial, cuando se trata de resolución de conflictos. En toda relación habrá diferencias de opinión alguna vez en la vida, pero es necesario que exista un espacio sano para discrepar y ser escuchado sin ser juzgados o atacados.
4-. Autonomía para tener altas expectativas pero realistas.
No puede haber una relación en la que no existan estándares. Es saludable tenerlos y también es natural sentirse decepcionado cuando no se cumplen, por eso debe haber libertad para mantenerlos.
Sin embargo, estas deben ser realistas porque esperar que tu pareja alcance los estándares de los cuentos de hadas solo hace daño a una relación. Lo mejor es dejar claras tus expectativas desde el comienzo del romance para estar de acuerdo al respecto y llegar a las bodas de oro y más allá.




5-. Compromiso.
Hacer que una relación dure es más que comprometerse con otra persona. También es comprometerse con la idea de compromiso.
Cada pareja crea su propia pequeña cultura, y es vital notar si es una cultura de amor, apoyo y término medio, o una de crítica, inseguridad y luchas de poder. Ver una asociación como algo que ustedes dos construyen juntos todos los días los mantiene en el juego mucho más que simplemente ver la relación como una forma de satisfacer sus necesidades individuales
6-. Poder elegir marcharse.
Una libertad con la que muy pocos coinciden es la libertad de terminar la relación si ves que no funciona. Puede parecer fácil de decir, pero no hay nada peor que sentirse atrapado en una relación que no funciona. Las relaciones en las que no sientes esta posibilidad de salir suelen ser abusivas pues te fuerzan a mantenerte en ellas en contra de tus deseos.
7-. Libertad no es sinónimo de libertinaje.
La falta de libertad en una relación es garantía de un matrimonio infeliz por eso el gran secreto detrás del éxito de un matrimonio es ser libre junto a la pareja. Cabe destacar que libertad en ningún momento es libertinaje ni tampoco responsabilidad.
Ser libre en un matrimonio no es un salvoconducto para hacer lo que se plazca y mucho menos si lastima a tu pareja. La dependencia emocional excesiva, la infidelidad en una relación, las faltas de respeto y el dar por sentado al otro tampoco son libertad ni deben tolerarse.