



Qué alivio soltar lo que ya te soltó y no extrañar a quien ya te olvidó




Qué gran satisfacción y qué enorme peso te quitas de encima cuando por fin puedes soltar a alguien que ya te soltó y de paso dejas de extrañarlo, de buscarlo, de pensarlo
Todo el mundo habla de aprender a soltar, porque es más fácil que aprender lo que es sostener, comprometerse y cumplir con las promesas, pero hacerlo no es tan fácil, conlleva sufrimiento, dolor, recuerdos arruinados y planes a futuro arrancados, pero cuando superas esa etapa, te das cuenta del gran alivio que es dejar ir a quien ya te soltó de la mano y no extrañar a quien ya te olvidó.
Para tu ex pareja fue muy fácil soltarte porque seguramente ya se estaba sosteniendo de la mano de alguien más, pero para ti resultó ser un duro golpe, puesto que tú lo amabas tanto que todavía guardabas la esperanza de que las cosas se iban a arreglar y te pediría que lo intentaran otra vez, pero con el paso del tiempo nada sucedió así y tú fuiste superando cada golpe, fuiste tú quien soltó y dejó de extrañar.
Cuando te suelta alguien que amaste con todas tus fuerzas y con quien ya te veías toda una vida a su lado, sientes que el mundo se te viene encima y que de ese golpe ya no vas a levantarte, tampoco volverás a amar, pero después vas sanando las heridas, hasta que a ti igual deja de importarte lo que sucedió y te enfocas en nuevos objetivos, olvidando a quien te causó tanto daño.








Lo amas con todas tus fuerzas, te esmeras por ser la mejor pareja, tratas de comprenderlo aún cuando tú te estás dejando hundir, pero nada de eso resulta suficiente, ya que un día decide dar la media vuelta e irse de tu lado sin dar tantas explicaciones o argumentos válidos, no le interesa tu sufrimiento, lo que estás sintiendo, solo quiere salir huyendo de ti.
Te quedas con el corazón roto, con las ilusiones hechas pedazos en el suelo y piensas que para ti las cuestiones con cupido ya están cerradas, no quieres saber nada de nadie y menos conocer algo sobre relaciones amorosas, pues ya obtuviste una muy mala experiencia que te destruyó y te dejó a ti solo reconstruyéndote, viviendo el proceso de sanar.
Pero una vez que consigues sanarte y recuperarte de la fuerte caída que te llevaste, comienzas a darte cuenta que esa persona con la que estabas, nunca valió la pena y la única que sostenía aquel romance, eras tú, porque él jamás puso de su parte, lo único que te ofrecía eran sus migajas de cariño cada que sentía que te iba a perder y su poca atención que en ocasiones te regalaba.
Después de que abres los ojos y te das cuenta de que solo te estaba usando y de todo el tiempo que perdiste, ahí es cuando comienzas a dejar ir todos los recuerdos y momentos amargos que viviste a su lado, ya no hay posibilidad de volver y tampoco quieres verlo ni en pintura, eso indica que lo estás empezando a soltar, le estás diciendo adiós a quien tanto daño te hizo.
Conforme pasen los días, vas a irlo pensando menos, no vas a poner tanta atención en esos momentos que pasaron juntos, tampoco te va a interesar qué es lo que hace con su vida y con quién está, vas a ir superando tu llanto, porque vas a entender que no merece una sola lágrima, todo esto pasará hasta el punto de ya no acordarte de él.
Y no sabes qué alivio vas a sentir cuando ya no signifique nada en tu vida, cuando ya los recuerdos no te pesen, entonces habrás entendido que ya fue, que ya quedó atrás ese falso cariño y ahora solo hay que ver hacia al frente, al pasado no hay que voltear, porque ya no tiene nada para ofrecerte, dejas de extrañar a quien quiso irse y te concentras en lo bueno que la vida tiene para ti.